Crónica LION ROCK FEST 2023: GOTTHARD + H.E.A.T + 91 SUITE + BE FOR YOU (B4U) + ECLIPSE + CRAZY LIXX

Hay un hecho que es innegable y que se puede contrastar muy fácilmente y éste es que la agrupación sueca H.E.A.T a pesar de la juventud de sus integrantes, cambios de vocalistas, deserción de miembros y tras varios álbumes editados, han logrado convertirse en referentes ineludibles y necesarios si uno quiere entender lo que hoy en día es el mejor potente y consistente Rock Melódico a nivel mundial.

Con su última producción, “Force Majeure”, consiguieron no solo un sustancial éxito de ventas, sino que, además, lograron renovar el interés de aquellos acérrimos fanáticos del estilo y porque no, llegar certeramente a nuevas generaciones de jóvenes seguidores que han descubierto que hay mucha más música ahí afuera de la que los grandes medios de difusión monótonamente ofrecen.

Con cierto atraso el quinteto sueco saltó al escenario de forma decidida y muy seguros de sí mismos. Desde que se escucharon los primeros acordes de “Demon Eyes” quedó claro que H.E.A.T dejó en el pasado el calificativo de “futura promesa” para convertirse en una muy admirable realidad. Con un sonido atronador por momentos, pero siempre cuidado y sabiendo del potencial escénico de la agrupación, a sus fanáticos solo les quedaba realizar la comprobación que el nuevo material de la agrupación era tan bueno en directo como en las grabaciones.

Como era lógico, el grupo presentó muchos temas de los temas que conforman su último trabajo como por ejemplo “Hollywood” o “Back To The Rhythm”, pero además la banda acertadamente incluyó composiciones de anteriores producciones como la festiva “Living on the Run”, las demoledoras “One by One”, “Beg, Beg, Beg” o “NeverLet Go”. Instrumentalmente, H.E.A.T consigue cumplir con creces su cometido sin altibajos ni frívolos virtuosismos. La correcta guitarra ahora en solitario de Dave Dalone se suma a los equilibrados teclados de Jona Tee y a la compacta base rítmica compuesta por el batería Crash y el bajista Jimmy Jay. Párrafo aparte merece el vocalista Kenny Leckremo. El joven cantante ha logrado dar esa vuelta de tuerca adicional en cuanto a presencia escénica y potencia vocal convirtiéndolo en un frontman con mayúsculas a todo nivel. Su poderosa y clara voz adaptable a los más diversos estilos y variantes, su constante explosiva energía escénica y un muy correcto manejo del público lo convierten en un motor más que fundamental y esencial para que el actual H.E.A.T funcione de la impecable manera en que lo hace.

El quinteto se fue aclamado cerrando una noche que tuvo tanta emoción como magia, por lo tanto, bien vale la pena apoyar y disfrutar de esta nueva sangre del Rock Melódico que marca presencia cada vez con más firmeza y autoridad a pesar de algunas manifiestas resistencias y el abandono mediático del que son víctima, pero a los que no temen dar batalla.

Si Gotthard fue la banda más veterana y tradicional del festival, 91 SUITE fue el gran referente español a ese nivel. Por si algún distraído no lo sabe, el grupo proveniente de Murcia cuenta con varios y estupendos trabajos discográficos en su haber, el más reciente “Back in the Game” editado en 2022 y, merecidamente, es quizás el gran representante del Rock Melódico español fuera de nuestras fronteras.

La banda subió al escenario y a partir de ese punto, si había ciertas dudas acerca del potencial escénico de la agrupación, estas quedaron totalmente despejadas por la profesionalidad y entrega de los músicos. Con un diáfano, compacto e impecable sonido, 91 Suite consiguió gracias a la correcta tarea en las guitarras de Paco Cerezo e Iván González balancearse perfectamente entre la melodía y la depurada técnica al momento de tocarlas, sirviendo estas de base para que el vocalista Jesús Espín consiguiera desplegar su emotivo e interesante estilo vocal.

De esta forma, el sexteto desplegó un muy entretenido y amplio recorrido por su inventario musical dejando una muy buena impresión luego de interpretar temas como “Times They Change”, “Hard Rain” o “Starting All Over”. En resumidas cuentas podemos decir que difícilmente alguien se haya ido decepcionado ya que las expectativas generadas de antemano se cumplieron con creces. Convendría estar atentos y tratar de no perderles la pista a una agrupación que por méritos propios merece mucho más de lo que hasta ahora ha conseguido.

Con su acostumbrado aplomo y solvencia sonora, uniendo composiciones memorables a estas características, la institución suiza del Hard Rock, GOTTHARD, tomó el escenario principal y quedó demostrado que, en directo y actualmente, el quinteto dio por válido aquel un nuevo comienzo, ese camino alternativo o renovada actitud que emprendieron hace ya más de una década es viable sin la presencia de Steve Lee tras el micrófono.

La última incorporación, Flavio Mezzodi en la batería y el miembro original Marc Lynn en el bajo, ya son una base rítmica tan ajustada como contundente. El incombustible Leo Leoni y Freddie Schaerer son en la actualidad una de las mejores duplas de guitarras de Hard Rock existentes en el panorama demostrándolo en cada acorde y si a ellos le sumamos el correcto desempeño de Nick Maeder en las voces (cuyo timbre vocal en ocasiones se asemeja mucho al del recordado Lee), Gotthard es una agrupación que en vivo gusta como pocas.

El público disfrutó y mucho con las canciones expuestas como “Top of the World”, “Starlight”, “Master of Illusion”, la infaltable versión del clásico de Joe South “Hush” (inmortalizado por Deep Purple, obviamente), las emotivas “One Life, One Soul” o “Heaven”, sin olvidarse de las festivas “Lift U Up”, “Mountain Mama” o “Anytime, Anywhere”.

Una noche verdaderamente especial por muchos motivos, tanto musicales como aquellos que están más emparentados a la emoción y donde el Hard Rock potente de más alto calibre convivieron perfectamente con las baladas y pasajes acústicos. Gotthard logró revalidar nuevamente sus títulos dejando en claro, como si fuera necesario, que son una agrupación que es garantía de calidad en escena y que, ante todo, para ellos solo prevalece la buena música. Un detalle que no es menor.

Llegó el momento de la presentación de la primera banda nacional y, además, procedente de la ciudad en donde se estaba desarrollando el festival: BE FOR YOU. Con tan solo tres álbumes editados a lo largo de su carrera, la agrupación ha sabido ganarse el respeto y el apoyo de un nutrido grupo de seguidores que los acompañaron a lo largo de toda su presentación.

Con un excelente sonido, B4Y comenzó su recorrido con un sonido hard rockero melódico, entrador, casi clásico pero muy directo, nada aburrido e invariablemente guiado por las aguerridas y fenomenales guitarras de David Aira y Alfredo Arold, Así fue que el grupo comandado desde el escenario por un seguro y entonado Ángel Diez tras el micrófono, consiguió agitar a todos los presentes y sorprender a más de un desprevenido. Si a temas propios que poseen una efectividad inmediata le sumamos la ajustada versión del clásico de Foreigner “Heart Turns to Sone”, podemos decir que, en líneas generales, Be For You cumplió con lo que de antemano se esperaba de ellos e incluso superaron muchas de las expectativas generadas. Veremos si un futuro cercano los acerca más al resto de Europa y por qué no, asomarse aún más allá, ya que su propuesta y calidad musical los habilita para el reto.

Con los primeros acordes de “Roses on Your Grave”, ECLIPSE intentó a demostrar nuevamente el porqué de la gran aceptación que tiene entre el público español. Bajo la siempre inquieta presencia escénica del vocalista, guitarra rítmica y principal compositor de la banda, Erik Martensson, el cuarteto sin ningún tipo de dudas basó gran parte de su repertorio en muchas de las canciones más emblemáticas de su hoy ya respetable y extenso catálogo discográfico y lo cierto es que no se equivocaron.

Sonando de manera óptima (a pesar de estar tocando con instrumentos prestados ya que los suyos quedaron en Barcelona por un error de la compañía aérea), Matersson y su gente (Magnus Henriksson/guitarra, Victor Crusner/bajo y el reemplazo de última hora Robin Nilsson/batería, integrante de The Cruel Intentions) hicieron sonar de manera formidable temas como “Run for Cover”, “Anthem”, “Battleground”, “Saturday Night (Hallelujah)” y la emotiva balada “Hurt”. Si a estas excelentes composiciones les sumamos algunos clásicos del grupo como “Black Rain”, “Runaways”, “Never Look Back” o “Viva La Victoria”, en su conjunto, el balance fue más que positivo.

Poco más de una hora de concierto en donde un sonido contundente y enérgico enmarcó la tarea de los músicos de Eclipse. También es cierto que, si bien ninguno de ellos es un verdadero virtuoso, cumplen con su tarea lo suficientemente bien para que las excelentes composiciones de Martensson logren tener esa pizca de genialidad que las llevan a ser sumamente entretenidas y disfrutables. Eclipse se ha convertido en todo un referente en un estilo musical en el que no tiene muchos rivales, por lo menos a simple vista, ya que, si los comparamos con alguno de sus reconocidos pares, Eclipse es lo suficientemente personal y original en su sonido como para mantenerlos sin sobresaltos en una posición de relevancia

Con un sonido bastante claro y cristalino para éste tipo de agrupaciones, la banda abrió su presentación en el Festival con “Whiskey Tango Fox” y desde ese mismo momento quedó claro que los Lixx están a la altura de sus positivas referencias. A pesar de estar en medio de un manifiesto estado gripal, Danny Rexon es un vocalista que sabe cómo hacer su trabajo, por lo que logró superar este inconveniente con una tonalidad vocal idónea para la propuesta musical, logrando enganchar a la audiencia sin demasiadas complicaciones.

Es claro que, siendo además el principal compositor, influye directamente sobre las pegadizas composiciones que la banda tiene en su catálogo y que tan dignamente se encargan de interpretar. “Anthem For America”, “Silent Thunder” o “Walk the Wire” también fueron de la partida reforzando que saben muy bien cómo ganarse a cualquier audiencia.

Rexon y compañía lograron elevar la temperatura de un show que en ningún momento entró en un bache y que cumplió con su objetivo primordial: entretener, ratificando que CRAZY LIXX es una agrupación para ser tenida muy en cuenta. El bajista Jens Sjoholm y el batería Joey Cirera cumplen sus funciones sin sobresaltos ni excesos y los guitarristas Chrisse Olsson y Jens Lundgren, no son la excepción aplicando la dosis de melodía, distorsión y energía adicional que el grupo expone como muchos de sus puntos más fuertes. “Killer” y la muy AOR “Blame It On Love”, fueron cerrando un concierto que confirmó que el quinteto es mucho más que una banda casi de estudio con excelentes temas estupendamente producidos. Crazy Lixx demostró que en el escenario saben cómo conducir un show, además de sonar compactos y sólidos.