Hacía ya unos cuantos años que no venían por la capital los alemanes IRON SAVIOR comandados por Piet Sielck, por lo que con la excusa del lanzamiento de su nuevo CD “Kill or get killed” se presentaron en la capital en uno de los shows que han estado realizando por otras ciudades de España.
Nunca antes había estado en la sala Silikona, y lo primero que sorprende es su pequeño escenario, pero después es de agradecer que existan este tipo de salas para conciertos ya sean de grupos pequeños que empiezan o como en este caso, bandas internacionales que no tienen mucho poder de convocatoria en nuestro país y que no podríamos llegar a ver de otro modo.
Dicho esto, llegó el momento en que Piet Sielck y su banda cargando con sus propios instrumentos se subieron al escenario y tras conectarlo todo y bromear un rato con el público de la primera fila se pusieron manos a la obra y dieron comienzo a su descarga con “Way of the blade”, seguida de “Starlight”, “Roaring thunder”, “Kill or get killed”, “Gunsmoke”, “Stand up and fight”, “Beyond the horizon”, “Never stop believing”, “Hall of the heroes”, “The savior” y el que puede que sea su mayor hit, “Heavy metal never dies”, retomando para la recta final con “Revenge of the bride”, “Break the curse”, “Atlantis falling” y la guinda final, que la puso la versión del clásico de Judas Priest “Breaking the law”.
Un setlist muy basado en los últimos trabajos de la banda y relegando totalmente los primeros discos del grupo, tal y como el propio Piet nos comentaba, estaban ya un poco cansados de tocar siempre todos los temas antiguos y han decidido darle protagonismo al material más reciente. Esto hace que el setlist, pese a ser todas ellas canciones muy buenas, a ratos no termine de enganchar; se echa de menos algún tema de los clásicos para mantener a la audiencia enchufada al show, aunque hay que reconocer que el grupo lo dió todo, como se reflejaba en el propio Piet sudando a chorros desde el primer tema, debió perder varios kilos durante el show.
En cuanto a la banda, decir que Piet es el motor y líder total, cantando muy bien y calcando los temas, el bajista Jan Eckert bromeando en todo momento con la primera fila, el guitarra Joachim Kustner más sobrio y dedicado a su instrumento y el batería Patrick Klose que cometió algunos errores y al que Piet regañó en tono de broma en un tema por ir demasiado deprisa alegando que el resto del grupo ya no eran tan jóvenes.
El sonido fue bueno tratándose de una sala de estas características y el escenario con las luces justas pero con una pantalla trasera con la portada del disco, tenía un toque de vistosidad que se agradece.
En resumen, un concierto bueno, sin llegar a ser sobresaliente, de una banda que sin duda merecería más, pero que siguen en la lucha y se lo agradecemos.
Texto: Luis Lanchas
Fotos: Force Magazine (Hard & Heavy)