Crónica BARCELONA ROCKS FEST

Tras el gran show de Saxon, quedaba todo preparado y con gran expectación para la descarga de los legendarios SCORPIONS, comandados por Klaus Meine y Rudolf Schenker, como se encargaba de recordar un gran telón con el logotipo del grupo, telón que cuando se apagaron las luces cayó descubriendo otro con el lema “Are you ready to rock?” con las siluetas de los miembros del grupo para, a continuación, caer y encontramos con la banda ya tocando en el escenario con la inicial “Gas in the tank”, el tema que abre su último álbum “Rock believer” y donde ya se apreciaba el fantástico montaje que Scorpions lleva en esta gira a nivel de luces y con una enorme pantalla trasera con videos y animaciones muy trabajadas para acompañar cada tema.

Tras este primer tema, toda una declaración de intenciones, quedaba por ver si la banda de verdad tiene aún gasolina en el depósito. “Make it real” fue la siguiente, donde Klaus hace una interpretación muy lineal, usa este tema para calentar la voz y es con el siguiente, “The zoo”, donde ya el show coge temperatura. Matthias Jabs usa su clásica talk-box en este tema mientras la audiencia ya está entregada ante el despliegue visual y el gran sonido que Scorpions está sacando. A continuación la instrumental “Coast to coast”, en la que incluso Klaus se cuelga una guitarra y acaban los 4 miembros de la banda a excepción lógica del batería Mickey Dee en la pasarela ofreciendo una bonita imagen de estas leyendas aún disfrutando y haciendo disfrutar sobre el escenario.

Con un gran último trabajo bajo el brazo, la banda interpretó “Seventh sun”, tema a medio tiempo y pesado que creó un ambiente épico en el pabellón y que fue seguido de otro corte reciente, “Peacemaker” que nos devuelve a los Scorpions más cañeros y desenfadados, que saben cuando meter una marcha más, y por ello presentaron “Bad boys running wild” que puso a botar a toda la audiencia ante este gran tema. Se retiraban Klaus y Rudolf para ceder el protagonismo a Matthias con la instrumental “Delicate Dance”, un tema con una bonita melodía de guitarra que hace que Matthias se luzca frente al escenario y que prepara el ambiente para “Send me an Angel”, la cual hace las delicias por su preciosismo y que da paso al himno “Wind of change”, la cual se ha visto renovada a nivel letrístico a raíz de la guerra de Ucrania y es acompañada de los colores de la bandera de este país en las pantallas. Si estos dos temas de “Crazy world” ponían la parte suave de dicho álbum, “Tease me please me” hacía lo contrario y sonó dura y potente, tras la que volvían al nuevo disco y tocaron el tema titulo, “Rock believer”, que en directo suena muy muy bien, y tras la que de nuevo se retiran todos menos el bajista Pavel Maciwoda y Mikkey Dee que hacen un solo de bajo y batería muy vistoso y que acaba dejando solo a Mikkey en lo que ya es un clásico desde que está en la banda, su solo de batería donde demuestra la bestia que es tras los parches, acompañado a nivel visual por la pantalla simulando una máquina tragaperras en la que iban saliendo varios iconos de la banda y con homenaje incluido a Lemmy (recordemos que Mikkey Dee fue batería de Motorhead antes de entrar en Scorpions).

Tras el intenso solo de batería, sonaban las sirenas y salía Rudolf con su habitual guitarra echando humo atacando el riff de “Blackout” que anunciaba que el show llegaba a su momento álgido, y aún en éxtasis tras el subidón, otro tema épico, “Big city nights” que puso el pabellón patas arriba y que marcaba la despedida de la banda, hasta que Mikkey arengó a la audiencia para elevar el volumen de la petición de que la banda continuase, y cuando salieron de nuevo a escena fue para interpretar la que tal vez sea la balada heavy por excelencia, “Still loving you”, el tema que los encumbró y que al mismo tiempo los estigmatizó para el gran público como un “grupo de baladas”, pero que pone la piel de gallina coreada por miles de personas al unísono. Tras el momentazo, el gran final, con, como no podía ser de otra manera, el tema estrella, el clásico por excelencia, “Rock you like a hurricane” que con casi 40 años de existencia sigue sonando fresco, divertido, fiestero y que cierra por todo lo alto un fantástico show a todos los niveles ganándose una cerradísima ovación en la que se agradece no sólo el show de hoy, sino toda una carrera de casi 60 años ya, regada de clásicos atemporales que forman parte de la banda sonora de nuestra vida y ante la cual no hay más opción que rendir homenaje.

A nivel visual el show fue fantástico, las pantallas muy bien trabajadas, el juego de luces de alta gama, y un sonido nítido, cristalino, potente, donde el bajo quizá sonó un poco alto pero que permitió valorar mejor la importancia que tiene, a cargo de Pavel, que sigue siendo el miembro tapado pese a que lleva ya cerca de 20 años en la banda y es un verdadero animal de escenario. Mikkey Dee es una máquina con una pegada sin igual y una gran presencia tras la batería. Matthias Jabs aportando el toque más elegante y Rudolf Schenker derrochando energía, sonrisas y convicción a sus 74 años, los mismos que el gran Klaus Meine, que si bien es cierto que a nivel físico se le comienza a notar la edad, a nivel vocal estuvo a gran altura demostrando sin tacha lo gran cantante que es.

En definitiva, un show memorable, emotivo, espectacular y actual y que a pesar de la longevidad de la banda, dejó más que claro y cristalino que como ellos mismos dicen, aun les queda “Gas in the tank” para continuar en lo más alto. Long live the Scorps!!.

Con un tiempo limitado y tratándose de un Festival, el grupo eligió hacer un concierto de “greatest hits”, con solamente la adición de un par de temas más recientes al inicio del repertorio.

De ese modo, comenzaron con “Motorcycle man” donde vi a Biff Byfford bastante apagado y apático, cosa totalmente rara en él, cosa que por fortuna duró poco y enseguida se convirtió en el frontman que conocemos. Los temas recientes fueron “Carpe diem” y “Thunderbolt” de sus últimos discos, que ciertamente no desentonaron nada demostrando que el grupo sigue en muy buena forma compositiva tras 4 decadas de actividad. De aquí en adelante todo fueron temas clásicos del grupo, “Wheels of Steel”, “Heavy metal thunder”, “Strong arm of the law”, “Never surrender”, “Dallas 1pm”, “Denim and leather”, la fantástica “Crusader” y cómo no, el final fue para “Princess of the night”. Todos ellos temas que cualquier metalero ha escuchado cientos de veces y que sonaron fantásticos durante la hora exacta de la que dispusieron, haciéndose muy corta su actuación.

Como curiosidad, a la guitarra estuvo Paul Quinn, quien había anunciado poco tiempo atrás que dejaba la banda y que sólo actuaria ocasionalmente, lo que hizo aún más especial esta actuación de los británicos. Todos estuvieron a gran nivel, pero como siempre, el motor de la banda es Byff, incombustible de riguroso negro y sin quitarse la chaqueta en todo el concierto, y que incluso se puso un chaleco que desde el público le tiraron.

Cuando terminaron la actuación, la sensación general era de querer más, y la banda invitó a la audiencia a acudir a su próxima gira con nuevo álbum. Estando al nivel de directo que están, recomendadísimo acudir.

Como ocurrió con otras bandas que actuaron no era su show completo pero vamos si aprovecharon el tiempo, y como es habitual José J. Izquierdo bajista, Víctor Valera baterísta, David G. Álvarez guitarrista y al frente del escenario Guillermo Izquierdo vocalista y guitarrista, mostraron nuevamente lo mejor de ellos no dejando espacio, ni tiempo para el aburrimiento para los seguidores del género.

Sin tregua alguna subieron al escenario y sin concesiones fueron uniendo los primeros temas de la noche, “Bleed the Crown”, “Indoctrinate” ambos de su último LP hasta el momento, el que da nombre al grupo publicado hace un par de años, o “One of Us” del anterior “Cabaret de la guillotine” de 2018. Mezcla de Thraxh Metal, speed,….

A estos le fueron siguiendo “Of Men and Tyrants” (Clockwork 2010), quizá el tema que sonó algo mas embarullado, “Fresh Pleasure” (The Call 2012) que nos recordaba un tanto o mucho a Testament, “We Stand Alone” (Angelus Apatrida 2012) muy Speed Metal, “Give ´Em War” (Give ´Em War 2007), el tema con mas tiempo en su discografía que sonó, “Sharpen the guillotine” (Cabaret de la guillotine 2018), algo mas “melódica” si las comparamos con las anteriores cerrando al mas puro estilo Speed Metal con “You Are Next” (The Call 2012).

A pocos meses de publicar su nuevo LP en estudio “Aftermath”, del que no desvelaron tema alguno, como tampoco lo hicieron de alguno de sus LPs como “Hidden Evolution” 2015 y “Evil Unleashed” 2006, supieron aprovechar su tiempo al máximo, y la gente volvió a disfrutar de su actuación.

A la hora prevista saltaron al escenario dispuestos a darlo todo, comenzando con un cañonazo como “Roses on your grave” de su último disco que ya enganchó desde el principio al público que fue más tempranero al festival y al que siguió “Saturday night (Hallelujah)” muy festivo, y con “Runaways” dieron paso al adelanto de su nuevo disco previsto para septiembre, “The hardest part is losing you”, que sonó realmente bien como aperitivo del nuevo trabajo. “The downfall of Eden”, la más reposada “Hurt” y la intensa “Black rain” sonaron fantásticas y como colofón “Never look back” para rematar con “Viva la victoria” que puso un broche de oro macizo a sus 40 cortos pero geniales minutos.

Erik es un frontman completísimo, canta bien, acompaña con la guitarra y tiene una comunicación fluida con la audiencia y no deja de moverse y recorrer el escenario, usando la extensión del mismo que salía hacia el publico para acercarse aun mas. Y la banda no le va a la zaga, todos los miembros se dejan la piel y lo que queda claro es que Eclipse es un grupo que se siente como pez en el agua en un escenario grande, están listos para ello y así quedó patente.

Dejaron con ganas de mucho más y eso es una gran señal.