Crónica REB BEACH & BAD BOYS

El músico americano demostró en su presentación en Madrid que, a diferencia de otros virtuosos guitarristas, un concierto de Beach, muy lejos queda de ser una aburrida y opaca experiencia en la cual la apabullante técnica y la superficial demostración de virtuosísimo relegan a un segundo término el entretenimiento propio de todo evento de Rock.

Cuando el quinteto subió al pequeño escenario y comenzaron a sonar los primeros acordes de ‘Bad Boys’, esa fabulosa canción que integra el no menos formidable “1987” de Whitesnake, muchos de los presentes esbozaron una enorme sonrisa. A partir de ese punto, el aluvión de clásicos de las agrupaciones antes citadas empezó a caer de manera imparable. Si uno deseaba escuchar algún tema de Dokken, “In My Dreams” cumplió su anhelo. Si esperaba disfrutar de aquellas composiciones que llevaron a Winger a disfrutar de una posición de privilegio en el siempre espinoso ambiente del Hard Rock, “Miles Away”, “Headed for a Heartbreak” o “Madalaine”, sonaron de manera muy compacta.

Como si fuera poco, tremendas versiones de aquellas canciones más entrañables de Whitesnake, entre otras, “Fool For Yor Loving”, “Is This Love?”, “Slow an’ Easy”, “Here I Go Again”, “Give Me All Your Love”, “Crying in the Rain” y una explosiva versión del ancestral “Burn” de Deep Purple, dejaron a todos con ganas de mucho más.

Es evidente que la calidad instrumental de cada integrante de la agrupación es fundamental para poder llevar a cabo la nada fácil tarea de recrear semejantes himnos. Destacable en especial fue la labor de Michele Luppi cantando estupendamente. Pero sin dudas, el desempeño de Reb Beach con su guitarra consigue alejar la frialdad de la complejidad técnica en la ejecución de su instrumento y brindarle a esta acción, un agradable soplo de creíble sencillez y porqué no incluir algo de diversión.

“Still of the Nigth” fue el tema encargado de cerrar un show que sirvió para rubricar nuevamente que aunque Reb Beach no tenga el renombre ni la publicidad con la que cuentan muchos de sus ilustres colegas, siendo tanto o más talentoso que varios de ellos, logra tomar distancia, poner los pies en la tierra y visiblemente disfrutar desde el escenario con su propuesta. Como si eso fuera poco, sin complejos ni falsos tapujos musicales, Beach logra ensamblar un espectáculo ameno, variado en lo musical y sobre todo entretenido, siendo en su conjunto, un evento difícil de ignorar u olvidar por su calidad y las buenas sensaciones expuestas.