Crónica DREAM THEATER

De este modo, una de las primeras giras de primer nivel en pasar por España ha sido la de DREAM THEATER, presentando su ultimo disco “A view from the top of the world”, y al mismo tiempo haciendo gala y aprovechando el tirón de su recientemente conseguido premio Grammy.

Con algunos minutos de adelanto sobre el horario previsto se apagaban las luces y los integrantes de la banda iban saliendo uno a uno al escenario, siendo éste muy sobrio pero muy elegante, con unos telones laterales encerrando una gran pantalla trasera en la cual durante todo el show se proyectaron videos cada uno relacionado con la temática de la canción correspondiente. Y sobre las tablas solo una tarima para la batería y otra para el teclado.

El setlist fue tan completo como discutible, y es que aunque cuando los grupos ya tienen una trayectoria dilatada siempre van a faltar temas, en este caso los elegidos sólo fueron 10, si bien entre todos sumaban las dos horas que duró el concierto. Yo creo que en otras ocasiones la banda ha elegido mejor los setlist, siempre con algún tema largo marca de la casa pero sin olvidarse de discos tan míticos como “Images and words” o “Metropolis 2”. Lo que también es evidente es que los temas elegidos, por su longitud y construcción, daban mucho espacio para que James LaBrie saliese del escenario, cogiese aire y de ese modo estuviese a gran nivel vocal todo el show, mejor que en anteriores visitas donde era evidente que a veces le costaba llegar.

Abrieron con “The Alien” de su nuevo disco, que dio paso a “6.00”, evidentemente de las más ovacionadas para volver al último disco con “Awaken the master”. “Endless sacrifice” sonó increíblemente bien, de las mejores de la noche. Siguieron con “Bridges in the sky” e “Invisible Monster”, “About to crash”, para llegar a otro punto álgido que fue “The ministry of lost souls”, qué fuerza tiene este tema pese a su larga duración, y tras él, el tema título de nuevo disco, que se alarga por más de 20 minutos de duración con el que se retiraron brevemente para volver y cerrar de forma magistral con “The count of Tuscany” con una cerrada ovación del público.

El sonido fue en general bueno, si bien en algunos pasajes no todo lo nítido al que Dream Theater nos tiene acostumbrados, y la voz en otras partes se quedó un poco baja. Pese a eso, notable en ese aspecto.
En cuanto a las luces y aspecto visual no hubo nada nuevo, pero los vídeos y los telones y el juego de luces cumplieron su función con creces.

Y lo más importante en esta banda, los músicos, como siempre demostrando que son unos auténticos virtuosos de sus instrumentos hechos banda en lugar de ir cada uno por libre. Mike Mangini, siempre comparado con Mike Portnoy, clavando cada tema con una sonrisa, Jordan Rudess con su típica actitud pasota con su teclado como si con él no fuera la cosa pero tocando como siempre, genial, John Myung estático en su zona de escenario pero un espectáculo al bajo, John Petrucci luciéndose a la guitarra convertido en el líder indiscutible de la banda y James LaBrie haciendo suyo todo el escenario y cumpliendo a la voz sobradamente en esta ocasión.

Un buen concierto que esperemos sea preludio de muchos más por venir en la recién estrenada normalidad. Como reinicio de las giras internacionales desde luego no se puede pedir más.