Cuando uno escucha a un vocalista actual es casi inevitable tratar de encontrar paralelismos con los grandes cantantes de los géneros musicales que tanto disfrutamos. Estas a veces odiosas comparaciones, en general, las hacemos tomando como puntos de referencia a los ya consagrados: desde Dio a Halford, pasando por Coverdale, Perry, Dickinson, Gramm, Plant, Jamison y un muy variable e indefinido etcétera.
Debo confesar que, al escuchar por primera vez a Lee Small, cantante de Kings Crown, mi sorpresa fue mayúscula ya que me fue imposible no compararlo con uno de los más exquisitos vocalistas que existen en el mundo de la música, nada más ni nada menos que el inigualable Glenn Hughes. Otra vez, salvando injustas comparaciones, podríamos fácilmente ubicar a Small en la categoría de John Sloman, quien fuera miembro de Lone Star, Uriah Heep y que muy brevemente pasara por la banda de Gary Moore, John West (Royal Hunt/Artension) y hasta Ray Gillen (Badlands/Black Sabbath) sin exagerar en lo más mínimo.
Desde que lo descubrí en el disco póstumo de Shy editado en el 2011, he tratado de seguir su carrera y está claro que la diversidad musical y de estilos que desarrolló en los años posteriores es remarcable. Sus aportes vocales a Phenomena, Snowfall, Lionheart, Signal Red, White Spirit, entre otros y además trabajos en solitario, marcaron una carrera ascendente convirtiéndolo en una voz buscada y requerida para proyectos de muy distintas propuestas.
Trabajando nuevamente con el guitarrista sueco Martin Kronlund y una muy sólida banda de apoyo constituida por el bajista Bas Berra Holmgren, el teclista Anders Skoog y el batería Pontus Engborg, el cantante junto a Kings Crown ofrece una fuerte y calificada dosis de Hard Rock en su veta más clásica con visos de calidad asombrosa. A pesar que pueda sonar reiterativo, el quinteto consigue complementar al sonido del álbum con una medida de modernidad y potencia adicional que hacen que la propuesta general del grupo suene vigente, creíble y muy consistente, como si la agrupación fuera curtida y veterana en estas lides. Guitarras al frente, Hammond por doquier y una base rítmica maciza apuntalan un sonido hard tradicional con mucho de Rainbow, Uriah Heep y hasta claros contrastes de UFO, Nazareth y porque no el original M.S.G o los más melódicos Saxon pero reconstruidos sobremanera.
Temas como “It’s Too Late”, “Standing On My Own”, “Down Below” o “I Will remenber” no hacen más que resaltar a las verdaderas estrellas de “Closer to the Thurh” que son la increíble performance instrumental de la banda y el sobresaliente desempeño vocal de un Lee Small que parece no tener límites cuando comienza a cantar. Su manifiesta emotividad, tremenda capacidad y palpable intensidad hacen que el disco no naufrague en la intrascendencia o la trivialidad. Altamente recomendable.
Javier Izurieta
Discografía:
“Closer To The Truth”