Dicen que la venganza se sirve en plato frío. La confirmación más absoluta de esto es la actual realidad del incomparable vocalista Michael Bormman ya que con la reciente edición del segundo álbum del proyecto que puso en marcha en el año 2019, queda claro que las malas experiencias, los tiempos turbulentos son parte del pasado y que con sus decisiones no se equivocó en lo absoluto.
Cuando sorpresivamente fue separado de la agrupación que el propio cantante había fundado en la primera mitad de la década de los noventa, Jaded Heart, sus ex compañeros no solo se quedaron con el nombre de la misma, sino que siguieron su carrera como si nada. Reclutaron un nuevo vocalista y comenzaron a editar disco tras disco, endureciendo su propuesta musical convirtiendo a ésta en algo un tanto insustancial, que no cuadraba ni superaba a los tiempos en los que Bormann se encontraba tras el micrófono y la autoría de todas sus canciones.
Discos en solitario, proyectos paralelos e innumerables participaciones como cantante invitado en los más diversos trabajos, solo consolidaron la fama y la calidad del germano hasta que se decidió y bajo el nombre de “Michael Bormann’s Jaded Hard” (¿hace falta aclarar a quienes hace directa alusión?) parece haber encontrado la clave para no solo reflotar un memorable pasado sino también, darle esa vuelta de tuerca para potenciar y actualizar el sonido de una propuesta que, sin destacar por su originalidad, aún sacude e invita a ser disfrutada como en los años en donde el “original” Jaded Heart hacía de las suyas.
“Power To Win” es un disco que lo tiene casi todo: fuerza, melodía, guitarras incisivas, coros contagiosos, arreglos de teclados muy medidos, bases rítmicas compactas, en síntesis: todas las piezas sonoras que hacen del mejor hard rock melódico alemán algo tan distintivo como disfrutable.
Acompañado nuevamente por Chris Ivo en las teclas, Tommy Dahlem en las guitarras, Michael Muller en la batería y Christoph Baumeister en el bajo, la gigantesca labor vocal de Bormann no deja de asombrar ya que el paso del tiempo parece no afectarle para nada, por el contrario, con su voz sigue siendo tan emotivo, potente, apasionado y correcto como en sus mejores momentos. Variado y entretenido, al igual que aquellos muy recomendables trabajos del Jaded Heart que todos añoramos, como por ejemplo “The Journey Will Never Ends”, “Trust” o el mítico “IV”, “Power To Win” es infalible al momento de dar cátedra en cada una de sus composiciones.
Empezando con las entradoras “Little White Lies”, “Heaven”, “Domino” o “When I Look in Your Eyes”, la infaltable y conmovedora balada “Just Wanna Fall in Love”, la acelerada “A Step Away From Heaven”, y la enumeración sigue sin dar tregua ni descanso.
Un trabajo de excelente factura y una de las mejores ofertas en cuanto a hard rock melódico editado en lo que va del 2022 que, además, seguramente competirá para estar entre los discos más sobresalientes del estilo de un año que pronto llegará a su fin.
Javier Izurieta