Las leyendas nunca mueren. Es cierto que, en el proceso de logar ese exclusivo estatus, en ocasiones, se desdibujan por momentos esos atributos, calidades y cualidades que los llevaron a tener algo más que un simple reconocimiento y dan el salto para marcar hitos indelebles, en este caso, en la historia de la música.
Pues bien, la (en teoría) última presentación de KISS en España no ha hecho más que reforzar y afianzar todas las características que lograron convertir al cuarteto neoyorkino en algo más que una simple banda de rock
KISS
• 03.07.2022 Madrid (Wizink Center)
Barcelona Rock Fest

Con casi 50 años de carrera a la vuelta de la esquina, esquivando hábilmente las modas pasajeras, aferrándose a un estilo visual y musical único e inimitable, batallando contra los embates de un siempre feroz negocio musical, subsanando los problemas internos, recorriendo incansablemente el mundo ofreciendo concierto tras concierto, Paul Stanley y Gene Simmons hoy pueden estar muy orgullosos de haber alcanzado un logro reservado para muy pocos elegidos y es que Kiss es considerado como un clásico entre los clásicos aún en su propio tiempo, gozando además de un manifiesto respeto y admiración de sus pares.

Como si eso fuera poco, cuentan con el incondicional sustento de una verdadera legión de seguidores que los escoltan y apoyan en cada una de sus decisiones y en cada uno de sus pasos con los que avanzan.

Si bien hubo un pequeño retraso en el horario de inicio, ante un abarrotado recinto, la caída del telón negro con el inmortal logo del grupo y la potencia inicial de “Detroit Rock City” marcaron el punto de partida de una noche mágica que consiguió hechizar a una verdadera multitud. Los cuatro superhéroes del rock hicieron suyo el escenario y con un sonido fuerte, muy poderoso pero claro, una iluminación estupenda al igual que la definición de todas las pantallas gigantes que enmarcaban el escenario, ensordecedora pirotecnia y efectos basados en fuego que no dejaban de sorprender, Kiss emprendió el recorrido sin pausas ni prisas de su dilatada carrera musical sin olvidar ninguno de sus más tradicionales ritos escénicos (coreografías, escupir sangre, explosiones, volar sobre los presentes, etc.). Para no perder una sana costumbre, un todavía incombustible Paul Stanley, que aún con su voz marcadamente disminuida, sigue siendo un frontman con mayúsculas. Gene Simmons que no se queda atrás y a pesar del paso de los años, conoce muy bien lo que se espera de él y como exponerlo. Eric Singer siempre eficaz tras la batería y Tommy Thayer, quien cumple su papel de Ace Frehley casi a la perfección (pero sin su carisma, claro está), acompañan a los líderes en un verdadero vendaval de entrañables canciones que se suceden sin descanso.

Himnos como “Calling Doctor Love”, “I Love it Loud”, ““Shout it Out Loud”, “War Machine” o los festivos “Love Gun”, “Heaven’s On Fire”, “Tears Are Falling”, “I Was Made for Loving You”, fueron estas tan solo algunas de las municiones utilizadas por el cuarteto. Para cerrar la noche las no menos emblemáticas y esenciales “Beth”, “Do You Love Me” y “Rock and Roll all Nite”, pusieron broche de oro para un concierto que deparó no pocas emociones y a la vez provocó una directa reafirmación: Kiss no tiene rivales a la vista en lo suyo.

Con un retiro ya anunciado y confirmado que está aparentemente cerca, la pregunta en casi inevitable: ¿Quién tomará el relevo?. Solo el tiempo lo dirá, pero candidatos a hacerlo atisbando críticamente un poco en el horizonte musical actual no se ven. No deja de ser por lo menos sorprendente la atracción que el grupo produce no solamente sobre sus más acérrimos fanáticos sino también sobre muchos jóvenes y niños que se hicieron presentes y disfrutaron como el que más del espectáculo, lo que habla de esa constante renovación y captación de nuevos públicos algo que solo contadas bandas logran conseguir en su trayectoria.

Al parecer, la agrupación ha agregado 100 fechas adicionales a un tour imparable e imperdible, algo que los llevaría a coincidir con el quincuagésimo aniversario del grupo en el próximo año, por la que la tan promocionada despedida definitiva de los escenarios parece un tanto más lejana de lo que parece.

Más allá de todo, Kiss aún sabe cómo ofrecer un espectáculo de rock de primera calidad, desbordante de emoción y sin falsos o aburridos virtuosismos instrumentales que opaquen el que debe ser el objetivo final de todo concierto: divertir, sorprender, maravillar y entretener tanto a los asistentes como a los que se encuentran sobre el escenario. Y de estas premisas, Stanley, Simmons y compañía saben de sobra cómo convertirlas en realidad. Madrid fue un testigo de primera mano de ello.

Texto: Javier Izurieta
Fotos: Mariano Crespo
Force Magazine (Hard & Heavy)